Descripción
La inteligencia emocional incluye la identificación de las emociones en mí y en el otro, para posteriormente llegar a gestionarlas de manera eficaz. Esto pasa necesariamente por la visibilización de las emociones. Es decir, tomar consciencia de qué siento, cuando y porqué lo siento mejora mi autoconocimiento. Con este juego tendremos una oportunidad perfecta para hacer visibles las emociones y hablar sobre ellas. Bien dirigido, podemos invitar al niño o niña a reflexionar sobre lo que siente o invitarle a que haga un diario emocional.
Nombrar las emociones y hablar sobre ellas con el otro estrecha lazos y trabaja capacidades básicas como la asertividad y la empatía. Conocer qué siente el otro, cuándo lo siente, cómo lo expresa… Nos ayude a entender mejor la diversidad y a comprender mejor las conductas.
Si lo usamos como excusa para hablar sobre las emociones, estaremos creando una situación de interacción comunicativa donde de forma natural se hará un feedback intuitivo correctivo o baby talk ampliándo su vocabulario emocional y dándole referentes gramaticales más correctos o completos. Ampliará vocabulario y mejorará la prosódica jugando con estos sellos con el adulto.
Favorece la coordinación óculo-manual y la tonicidad muscular, ayuda a que afiance la lateralidad.
¿Y si hacemos una investigación? Un diario emocional puede ser un buen momento para entrenar capacidades científicas como la observación, en este caso, auto-observación, y la recogida de datos para llegar a conclusiones.
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